Durante años una de mis mayores ilusiones era ira a Viena, de donde era Mozart, para ver como era esa cuidad así que estuve ahorrado durante varios años para poder realizar dicho viaje. Por fin con mi primer sueldo pude hacer realidad ese sueño pero no solo ví Viena, sino que me cogí una oferta para ver también Mónaco, Salzburgo, Montecarlo, Venecia y Roma. Cuando tenía el billete del viaje en la mano aun no me lo podía creer, tanta era mi ilusión por aquel viaje…
Durante días solo hacía que mirar aquel billete de viaje como si eso no fuera real pero mi ilusión de viajar se estaba haciendo realidad. El viaje en si fue más de lo que yo como persono jamás me hubiera imaginado, fue realmente algo extraordinario que a día de hoy aun recuerdo como algo muy especial.
El ver todos esos sitios realmente me dejó sin aliento porque era real no un sueño.
Por eso jamás debemos perder las ilusiones por nada en esta vida porque tarde o temprano todos nuestros sueños se cumplen.
Años después de realizar dicho viaje hice otro a París que también me ilusionó mucho.
Viajar solamente tiene un problema y es que es un vicio que crea mucha adicción, cuando empiezas no puedes parar. Y la verdad no sé cuando lo disfrutas más, al prepararlo, al realizarlo o al recordarlo. Tú que opinas.
Gracias por tu comentario en mi blog. Yo disfruto de todo porque el realizar un viaje siempre es una gran alegría para uno, porque ves lugares que no conoces y culturas nuevas. Siempre es un placer realizar cualquier viaje por insignificante que sea. Tienes todo la razón uno siempre quiere más. Pero sin duda alguna lo mejor es también la alegría de volver a CASA.